martes, 1 de marzo de 2011

El pelotazo

Especulación urbanística. Todos sabemos, más o menos, lo ocurrido con los pelotazos urbanísticos en los municipios españoles, en unos más que en otros. Al menos sus efectos. El gobernante de turno se ha encargado de echarle la culpa a su antecesor, ya hubieran pasado tres o treinta años. La culpa siempre es de los demás.

Alcaldes y concejales de urbanismo se han dedicado a “crear escasez”, ralentizando en lo posible paus y licencias, con argumentos aparentemente tan sugestivos como el de crear municipios “sostenibles”, con servicios que crecieran acompasadamente. Las consecuencias reales fueron subidas continuadas de los precios de la vivienda y beneficios estratosféricos para promotores y constructores, entre otros.

Tras el pinchazo de la “burbuja inmobiliaria”, el cierre del grifo crediticio, la paralización de la construcción y 2,3 millones de viviendas vacías, algunos ayuntamientos, por ejemplo el de Azuqueca de Henares, se olvidan momentáneamente del argumento de la sostenibilidad, a efectos ladrilleros, y aprueban sectores urbanísticos “a futuro”, para que cuando se arregle el asuntillo de la crisis ya estén todos los trámites administrativos solventados y se pueda construir rápidamente. Lo de los servicios ya se verá.

Sin salir de este municipio, la Junta castellano-manchega está como loca por construir otras mil ochocientas viviendas, financiadas con dinero público, a matacaballo, en nuevo sector fuera de plan que recalificó directamente, y que requirió de “ingeniería urbanística” para vender las bondades del justamente calificado como un gran pelotazo. Ahí está el sector R-6, vacío, para dar fe de ello. Si hasta se construyó un colegio público de primaria, recientemente inaugurado por Barreda, para maquillar el asunto porque las promociones del R-6 no arrancaban.

En este nuevo sector, bautizado como “Entrecaminos”, se construirán 1.778 viviendas, de las cuales 1.270 serán de protección pública, con una inversión de 17,4 millones de euros, según el consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Julián Sánchez Pingarrón.

La pregunta que ya corre por Azuqueca es porqué tantas viviendas de protección pública en una pequeña ciudad de treinta y tres mil habitantes, con sectores urbanísticos paralizados, con muchos carteles de “se vende” en muchas viviendas.

Argumentos como la “bolsa de vivienda”, más cocinada que las encuestas del CIS, la creación de empleo en la construcción, entre otros de carácter “social”, saldrán a la palestra. Salvar el negocio a algunos amigos, eso no lo airearan. Lo que sí que mantendrán en estricto secreto es a quién van a reubicar en Azuqueca una vez construidas las viviendas. Y la gente de los asentamientos chabolistas de Guadalajara tienen todos los boletos. No los quieren allí, ahora que van a levantar un campus universitario, con viviendas de lujo a su alrededor, y los colocarán a todos en Azuqueca.

Eso es lo que hay.

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