miércoles, 21 de septiembre de 2011

El pacto de la barra de hielo



Lo pronosticamos el mes pasado, “El favor”, cuando nos maravillábamos del “arranque de caballo” que había tenido el PP en la Diputación para reducir el número de liberados, dando un respiro a las arcas públicas.

Ya está aquí la parada de burro del PP, mucho antes de lo esperado. Algo barruntábamos pues en el último pleno azudense no se incluyó en el orden del día la liberación de Julio García, concejal y diputado provincial del PSOE. Ahora todos los grupos, PP, PSOE e IU, aumentan las liberaciones políticas de diputados, técnicos y administrativos, pasando de catorce a veintitrés “sacrificaos” por el pueblo, según declaran.

El pacto de la barra de hielo se ha consumado también aquí.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Ferias y bestias


  Ya tenemos encima las fiestas de Azuqueca, esas que no son en honor de la Virgen de la Soledad, aunque luego la Corporación con su alcalde a la cabeza se hinque de hinojos a sus pies.

  Como es habitual y dada la penosa situación de las arcas municipales, aunque no reconocida como tal por el momento, hablan de un ahorro del diez por ciento en el presupuesto festivo, un brindis al sol para los convencidos. Y es que la cantidad de toros que se matarán durante esos días ya hace sospechar de que aquí hay gato encerrado. O novillo enchiquerado.    


  Dicen las malas lenguas que a finales del año pasado las encuestas no les pintaban muy bien a los socialistas azudenses y que le prepararon la broma a los populares ante su casi segura ascención al olimpo municipal. Compra de toros a tutiplen y luego a acusarlos de derrochadores y manirrotos, insensibles ante la mala situación económica del municipio. El resultado electoral les confirmó en el sillón y la factura torera nos toca comérnosla sin rechistar.
    
  Por lo demás, buenas y moderadas fiestas a todos, esperando que los polvos, blancos, no nos traigan otros lodos. Va por ti peña patosa.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Liberados



Llega por sorpresa el planazo de Cospedal. Ese recorte de lo público que veremos en qué queda al final. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Porque aquí todos queremos trigo, en plan milagro de los panes y los peces, por muy ateos o agnósticos que nos confesemos.

De momento dice la presidenta que unos quinientos liberados sindicales de la región castellano-manchega, incluidos los de Guadalajara, que algunos y algunas tienen lo suyo, deben volver al tajo, al curro, que no al río de nuestros desvelos a tirarse a la bartola ni a solazarse en el verdín buscando hadas ni tréboles de cuatro hojas, salvo en la bonoloto.

Como no podía ser de otra manera, en nuestro terruño, Azuqueca, y para llevar la contraria, el alcalde Bellido y su grupo socialista, mayoritario absolutamente en la corporación, van a aumentar los liberados políticos, dando acomodo a Julio García, concejal y diputado provincial, que no ha conseguido el pecunio en esa institución tan en boga en los últimos tiempos, y que pace provisionalmente con la liberación de auxiliar administrativo del grupo municipal socialista.

En un artículo anterior ya avanzábamos la posibilidad de una reducción de los liberados en el grupo municipal popular para dar cabida a este desplazado socialista. De hecho parece que el alcalde Bellido le lanzó un envite desabrido al portavoz popular, Moraga. La respuesta pudo ser algo así: si con esas vienes órdago en Guada.

Palabras mayores. Tras diversos contactos con los mandamases provinciales socialistas, llamadas telefónicas “atacás” y otros gritos y juramentos, se llega a un acuerdo sujeto con alfileres: en el próximo pleno azudense se añadirá una liberación más para el antedicho García con el apoyo popular, y la promesa a Bellido de que será el candidato número uno por Guadalajara al Congreso en las próximas elecciones generales, por el PSOE “of course”.

Así venderán que no hay aumento de gasto en cargos políticos al cobrar el alcalde el sueldo de diputado, si sale elegido. Alguno o alguna del PSOE no se lo ha tomado muy bien. Veremos en qué acaba este contubernio.

Mientras tanto, seguro que pagan los ilustres vecinos de Azuqueca. Desprendíos que son, que diría Guerra.