O de quien sea. Casi nunca defiende al pueblo ni es del pueblo. En Castilla-La Mancha es una pantomima, hasta ahora más pendiente de agradar al que le puso y con su historia de chuleo a la institución antes de ser adjudicatario de la canonjía.
El actual gobierno de Cospedal tiene muchas cosas que hacer, y visto los primeros pasos, tengo mis dudas de su actuación futura. Pero como de gestos también vivimos, éste de laminarse esta versión regional del “ombudsman” me parece muy acertado y pertinente.
Naturalmente, y como los españoles somos así, salvo que fuera yo el designado para ejercer el puesto.
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