Está
la cosa muy malita. Dicen por Uropa que lo llevamos chungo, en
crecimiento económico, en paro... y peor que se va a poner.
Por
estas tierras pintan bastos. A los EREs anunciados en algunas
empresas (Azuqueca llora), como Isover, quizás antes de tiempo, “que
antes de las elecciones no se mueva una hoja”, le seguirá la riada
de un grupo de empresas de cierta entidad, aunque ahora está de capa
caída. Aquí, favor por favor, aguantan hasta el 20N.
Este
grupo de empresas, con fundaciones de campanillas muy reales (había
que desgravarse impuestos), lleva ya bastante tiempo metiendo
gallinas en el corral sin puerta salida. Vamos, que el jefazo dijo
que nada de las que entran por las que salen. Autónomos y pequeñas
y medianas empresas colgadas de la brocha, como aquella a la que se
le deben medio millón de euros y su responsable tirándose de los
pelos. Se habla incluso de una quiebra, ahora concurso de acreedores.
Todo antes de que termine el año.
Dicen
que algún gerente de una de las empresas de ese grupo salió
escopetado sin esperar el finiquito, considerando que cuanto más
tiempo pasara sus perspectivas de conseguir un trabajo en otro sitio
disminuían en proporción geométrica.
Como
el susodicho grupo tiene concesiones municipales en los más
importantes ayuntamientos de la provincia, los alcaldes se hacen
cruces por el problema que se les viene encima (en algún caso creado
por ellos mismos), especialmente si tiran de contrato, que lo harán,
en lo relativo al equilibrio patrimonial de la empresa concesionaria.
Siendo una de las peculiaridades de este renombrado grupo cuando las
cosas se tuercen que ni come ni deja comer.
No
nos va a quedar ni para el hurgue.